Aunque el cáncer de mama sea el más diagnosticado, los estudios confirman que un alto porcentaje de personas superan la enfermedad a los cinco años gracias a la detección temprana y a las nuevas investigaciones.
La fisioterapia, en casos de cáncer de mama, ayuda a: prevenir, preparar, mantener y rehabilitar las secuelas del tumor. El trabajo de la fisioterapia actúa en adherencias y retracciones en las cicatrices, contracturas musculares, disminución de movilidad y fuerza, entre otros problemas surgidos como consecuencia de la enfermedad.
Los estudios confirman que 4 de cada 10 pacientes tienen, como consecuencia de la operación, un linfedema, al tiempo que advierten que es necesario que este trastorno crónico y progresivo sea atendido y controlado por parte de un fisioterapeuta especializado para evitar su evolución.
El linfedema ocurre debido a una acumulación de líquido linfático, ocasionando un aumento de volumen en una o varias partes del cuerpo. Este aumento de volumen se debe a la incapacidad del sistema linfático para transportar la linfa al sistema sanguíneo.
Las extremidades son, normalmente, el lugar donde se manifiesta pero puede localizarse en otras zonas también, produciendo: hinchazón, deformidad, cansancio, pesadez, limitación de movilidad, hormigueo, fatiga, etc.
El linfedema se trata con técnicas de drenaje linfático manual, vendajes compresivos o neuromuscular y un programa de ejercicio respiratorio y aeróbico para fortalecer y tonificar las determinadas zonas, supervisado por un profesional.
En Clínica Granell contamos con especialistas en el área de la mujer y formados en fisioterapia oncológica. Nuestro objetivo es que nuestros pacientes gocen de una muy buena calidad de vida antes, durante y después de la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía.
Clínica Granell, muy solidarizado con las pacientes que sufren o han sufrido cáncer de mama, colabora con la Asociación Acvel y con la Fundación Le Cadó.
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